martes, 14 de octubre de 2008

La Mujer como objeto Estético

La Mujer objeto estético: figuraciones del marco en "Dulce Dueño" de Emilia Pardo Bazán.

Ángeles Ezama Gil.
Universidad de Zaragoza





Los trajes ocupan y preocupan. Más que la belleza misma, que según Renan es una de las virtudes, la elegancia nos entusiasma. Es uno de los signos de la decadencia moderna.

Venus sin un traje de la rue de la Paix, no nos seduce. En nuestro orgullo diabólico, queremos corregir la obra de la Naturaleza, y hacer, gracias a sabios retoques, más bello aún el bello cuerpo femenino. Aunque al decir bello no digo la verdad. La Belleza, como la Virtud y el Heroísmo, son cosas pasadas de moda.

Lo que nosotros adoramos es algo menos grande y menos raro, algo que no es divino, algo que tiene su parte de artificio y su parte de capricho, algo que puede llamarse gracia o encanto o joliesse, pero no belleza. La belleza, ya usted lo sabe, ha hecho bancarrota13.
No se sustrae la moda a la ley general del gusto artístico en su época.


Estas amplias vitrinas, atestadas de opulencia, y al parecer sometidas sólo al capricho, están dentro de las corrientes que he señalado en la arquitectura, y pueden señalarse en la pintura, la escultura, la cerámica, la decoración, el mobiliario moderno. El bizantinismo y el naturalismo idealista inspiran a los Redfern, Doucet y Worth [...] La moda no es algo arbitrario. Por eso merece considerarse como importante manifestación social y artística18.

(Tomado de la pagina electronica http://www.cervantesvirtual.com )

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